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K.

¿Adónde vamos?

No siempre los caminos fueron los mismos, lo de llenarse los bolsillos es una moda que no termina de pasar de largo, para eso siempre es primavera y al ser humano (como ausencia de eso mismo) esto le encanta.

Aquí, y ahora, en nuestra tierra, nos vemos abocados a un final espeluznante para el peor de los dramas, esta película de la que somos actores sin querer ser conscientes de que somos dirigidos. La naturaleza que nos rodea está apunto de ser aniquilada y seguimos callados, parados, nadie da un paso adelante para que no empiece esta debacle. Alguien, seguramente sombras titiriteras, pretende vendernos (y por desgracia, si aún no es tarde, ya puede haberlo logrado) la idea de que a nuestra región, este paraíso conservado gracias a olvidos anteriores de otros gobernantes, lo que más le beneficia es hacerlo el cubo de basura del país. Les ha entrado a todos en la cabeza la idea de que el petróleo es la solución económica a los problemas por los que pasamos. Para ello, en lugar de potenciar, explotar y, a la vez, enriquecer los recursos que ya tenemos, ofreciendo así garantías de futuro a largo plazo, han decidido invertir ”nuestros dineros” en refinar unos recursos que ni tenemos, ni queremos y que, a parte de llenar algunos sacos, hará más grande el roto en los bolsillos de nuestros descendientes.

¿Han pensado alguna vez la diferencia entre regalar una flor o una bala? ¿ven la solución? Eso es lo que le pasa a mi pueblo, mi casa, mi jardín, Extremadura; que alguien se ha empeñado en plantar en medio de su riqueza verdosa el enorme eucalipto demoledor, y asesino, de la esperanza de nuestros hijos de que esto pueda algún día llegar a seguir siendo habitable.

Por todo esto, queridos directores de telefilme de serie B (o lo que es lo mismo, de pacotilla), piensen como será el aire, que los niños que espero traer al mundo tendrán que respirar mañana; porque el dinero es solo eso, dinero, nuestro dinero… y aún no es demasiado tarde para echarse atrás (al menos, aún nos queda algo para hacer otro el camino: tiempo).

 

 

 

 

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