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K.

locura transitoria

Dios no existe, eso ya lo sabemos.Pero alguna fuerza extraña se ha empeñado,la muy hija de puta en destrozarme el cerebro.
Hace tiempo que mi piel está cayendo hacia atrás.Normalmente,uno se forma su nombre a partir de su persona.Hoy es mi nombre quien da vida y transforma todo aquello en lo que me estoy convirtiendo.La piel se me cae a pedazos,ya no siento.Mi corazón es la diana donde van todos los dardos.Me arrastro por el suelo.Tengo rajas en mi cuerpo de todos los cristales con los que tropiezo en este aciago camino,mientras repto.Hace tiempo que dejé de ser yo,hace tiempo que dejé de ser el niño,pero no quise saberlo.Ahora,¡por Tutatis! todo el puto cielo está desplomándose sobre mi cabeza,mis ojos están centrados en ese puntito blanco que hay en esta pared tan negra.El ruido ensordecedor no me deja tiempo para una tranquilidad que ansío.Esa que deseo tener tan cerca.Pero no hay tiempo. No hay reloj en las muñecas.No hay segundos ni primeros,no hay plato y hoy nos quedamos sin postre.
Mi conciencia es un puñal que me atraviesa desde abajo todo el alma.Mi aletargada paciencia rememora los instantes en que alguna vez fue alguien dentro de las prioridades de mi persona,pero hoy,hoy que ya no quedan árboles ni peces en los ríos,hoy que los amigos se cuentan con los dedos de una mano, hoy que sigue sin haber sentidos para la maldita existencia,hoy que sigue sin haber sentidos a la maldita existencia.Hoy,que todo lo que nos gobierna se marcha al tirar de la cadena.Hoy, nos derramamos.
En algún lugar dentro de mis suspiros se esconde una verdad.Nadie la conoce, ni yo mismo,pero seguro es verdad.
No sé qué decirle a las palabras porque no me escuchan sus letras.Tampoco sé qué decirle a sus letras pues son mudos mis sonidos.No sé qué decirme a mí mismo,y hace demasiado tiempo que he perdido la batalla de esta guerra que en realidad aún no ha comenzado.El saberlo ha destrozado cualquier posibilidad de tregua entre las dos partes;ello y yo ya no nos hablamos.
Caminando con un pésimo equilibrio en los albores de un trapecio que intentaba empujarnos al vacío buscábamos el"fin",pero en este Oz macabro,sin baldosas amarillas,ni alicias,ni país de maravillas,no había ningún sitio llamado así.
Todos teníamos sueño y queríamos dormir,pero no siempre los cuentos terminan con el FIN,pues al llegar te despiertas y apareces de nuevo, justo en medio, y vuelve a nacer en tí todo ese dolor, tan ciego, que te hacía convertir tus máscaras en señuelo.
Dicen que una piedra en el camino te hace ver que tu destino siempre es rodar y rodar.Pero ya son muchas piedras y este camino tan yerto me deja rotas las venas con su belleza y crueldad.Los rugidos de otros yoes,esas voces,no me dejan escuchar que soy yo,quien había sido,que soy yo aquel que ha nacido para no morir jamás en la oronda sinrazón de mis sabores.Desvestido,sin capas,corazón de una cebolla, ya he vertido mi delito,el gran hastío, sobre vuestros corazones.No me quedan enemigos.Ahora,vuelvo a caminar descalzo por el borde del abismo,esperando a que me empujen o me salven, otra vez,de ser un ángel caído.

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